La introducción del discurso en la oratoria
Como iniciar un discurso a la hora de hablar en publico.
Ésta es una de las partes más importantes de la conferencia, desafortunadamente es algo en lo que la mayoría fallan. Es muy necesario hacer la introducción, resaltar las cualidades, la experiencia, los logros y los títulos del orador. Se debe hacer brevemente pero enfáticamente.
Una forma adecuada es permitir que otra persona haga la introducción brevemente y enuncie los aspectos clave del orador.
Esto funciona muy bien porque, cuando otra persona es la que resalta una cualidad específica del orador se genera una mayor credibilidad en el público y se es posible resaltar más cualidades.
Funciona mejor porque no es lo mismo cuando una persona se elogia a sí misma que cuando otra persona la elogia. Por ejemplo, no es lo mismo si yo digo, “yo soy muy inteligente”, a que otra persona diga, “él es muy inteligente”. Si yo lo digo suena muy prepotente, mientras que si otra persona lo dice suena creíble.
Así que la recomendación es que pidas a alguien que haga una breve y efectiva introducción, resaltando los logros más importantes que has tenido, antes de dictar una conferencia importante.
Si, por algún motivo, no tienes a alguien que te presente ante el público, tendrás que hacerlo personalmente. Y la mejor forma de hacerlo es mostrando humildad.
Sin importar cuáles sean tus experiencias y logros, el tono de la presentación debe hacerse eliminando por completo la prepotencia.
Una forma adecuada es permitir que otra persona haga la introducción brevemente y enuncie los aspectos clave del orador.
Esto funciona muy bien porque, cuando otra persona es la que resalta una cualidad específica del orador se genera una mayor credibilidad en el público y se es posible resaltar más cualidades.
Funciona mejor porque no es lo mismo cuando una persona se elogia a sí misma que cuando otra persona la elogia. Por ejemplo, no es lo mismo si yo digo, “yo soy muy inteligente”, a que otra persona diga, “él es muy inteligente”. Si yo lo digo suena muy prepotente, mientras que si otra persona lo dice suena creíble.
Así que la recomendación es que pidas a alguien que haga una breve y efectiva introducción, resaltando los logros más importantes que has tenido, antes de dictar una conferencia importante.
Si, por algún motivo, no tienes a alguien que te presente ante el público, tendrás que hacerlo personalmente. Y la mejor forma de hacerlo es mostrando humildad.
Sin importar cuáles sean tus experiencias y logros, el tono de la presentación debe hacerse eliminando por completo la prepotencia.